Cheslor, quien
actualmente está al servicio de los Gigantes de Rivas en la liga nicaragüense, jugará
por primera vez en la LMB, porque nunca antes había estado fuera del beisbol
organizado desde su salto al profesionalismo en 2009, con su firma con la
organización de los Royals de Kansas City y su eventual debut en las Grandes
Ligas en 2015.
La firma de
Cheslor con Yucatán no significa que renuncia a su afán por regresar a las
Grandes Ligas, pues desde ahí puede ser visto por los scouts y recibir una
nueva oportunidad, aunque lo ideal habría sido negociar un contrato de Ligas Menores
con alguna organización de la MLB.
El
artillero costeño que en 2016 fue de los bateadores más destacados de Kansas
City en la gran carpa, con promedio de .274, más 12 jonrones y 46 remolques, cumplió
29 años de edad en noviembre pasado y todavía tiene mucho que ofrecer.
Cuthbert se
mantuvo vinculado con los Royals hasta 2019 y en 2020 apareció con los Medias
Blancas de Chicago, con quienes jugó un partido en Grandes Ligas. En 2021
estuvo con los Rojos de Cincinnati y los Mets de Nueva York sin poder regresar
al Big Show.
En 2021
estableció una marca personal de jonrones en una temporada de Ligas Menores con
16, pero también voló muy bajo en porcentaje de bateo con .222 en 97 juegos,
con 47 remolques.
Hasta los
juegos del martes 11 de enero en la LBPN, tenía promedio de .297 con seis cuadrangulares
y 33 carreras impulsadas en 40 partidos con los Gigantes de Rivas.
No hay
dudas que Cheslor tiene el nivel para ser un jugador de impacto en México, en
donde antes ha jugado pero en la Liga Mexicana del Pacífico, que se juegan de
forma paralela a la LBPN. Ahora va a la LMB, que se juega en un tiempo similar
al Pomares del beisbol nicaragüense.